miércoles, 15 de junio de 2011

Familias

La familia, ese concepto abstracto. Supongo que la familia es eso que hemos montado en esta sociedad y que debe tener relación con lo físico, con la sangre. Es eso que llaman las raices, una atadura histórica e imperceptible, pero siempre vinculante. Si no es así, la familia parece menos familia. Y para mí no tiene nada que ver con todo eso.

Mi familia es la gente que voy aceptando sin barreras y esos a los que me entrego sin rubor, a la medida en la que vivo. Hoy hablando con Pili, o estas semanas, viviendo casi con Caro y Diego, pensaba que ellos tienen más de familia que la casi totalidad de mi familia. Por eso me alegro de sus éxitos como si fueran los míos, y lloro sus fracasos como un espectador de primera.
Incluso si lo suyo fuera temporal, serían mi familia temporera, ¿y qué?. Por ejemplo, no creo que mi hermana conozca de mí la milésima parte de lo que conocen Caro y Pili, y sin embargo, ¿debo entender que mi hermana es más familia? No es así, llamadme monstruo.
Luego está mi hermano para rebatirlo todo, haciendo contrapeso. Podríamos estar diez años separados y un hilo invisible me revelaría cada vez que está en peligro, eufórico, contento, triste, estable. Cosas de compartir gestación.
En fin, las dos opciones las entiendo como familia. Son hilos inexplicables, uniones que traspasan a las personas, los recuerdos, las vivencias, eso quiero creer que forman las familia. Todo lo demás son nombres.

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