sábado, 20 de agosto de 2011

Mi joven yo


Hace un rato, en mitad de la calle, me he encontrado conmigo cuando era un niño. Cuando he ido a abrazar a mi otro yo preso de una emoción inabarcable, no ha dejado de echarme en cara todas las veces que lo voy a traicionar con el paso del tiempo. Me ha reprochado mi falta de valores, mi cobardía, los amores que dejé escapar, las oportunidades desperdiciadas, las promesas inconclusas... Abochornado, he salido corriendo, con tal de evitarle. Aún ando escondido, agazapado, y el chico da vueltas visiblemente contrariado, pues no quiere dejar pasar la oportunidad de decirme algunas cosas.

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