jueves, 15 de mayo de 2014

El patio de la leyenda

Flamenco-Paquera-Menacho. Foto de Swamibu
Foto de Swamibu
A la Paquera de Jerez
Los niños, con ojos de dibujitos animados, serios, callados por una santa vez, se agolpan solemnes a mi alrededor, como si la proximidad les alejara del miedo,buscando la certeza en mi mirada y aceptando que las leyendas son sólo una forma de aprender la verdad que el pasado confesó.
Entre los macetones del patio, las cerámicas, la enredadera y el botijo buscan el rastro de un fantasma que, digo, está aquí para protegernos y empujarnos hacia el sendero que la vida nos reserva. Ella nos envuelve con su mantón de lunares, como un duende disfrazado de mujer, les susurro, y ellos casi sienten su aliento en el cogote.
Cuando brote vuestra magia, ya queráis ser artistas o vendedores o aventureros que salen a descubrir las maravillas del mundo, os apoyará con un halo de pureza. Muchos dicen que han podido verla pero siempre han estado solos. Y es que ella no se ve, sólo se siente, y por eso todos tenemos algo de su fuerza y su tronío, algo que nos hace avanzar cuando ya creemos que nada vale nada.
Si sientes que un pie se te rebela, es ella, si te persigue el rastro flamenco y te da por reír y bailar como si el mañana pudiera elegirse, es que ya la tienes dentro. Tendréis un cuerpo a voluntad y por fin os sentiréis libres, niños, qué nos habrá hecho La Paquera, la bruja del cante, que nos ha hechizado a todos.


Contexto original - Secretolivo. 

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